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viernes, 30 de septiembre de 2011

Musica Popular: Donde tanto Adorno y Horkheimer como los políticos argentinos se equivocan

Musica Popular: Donde tanto Adorno y Horkheimer como los políticos argentinos se equivocan al subestimar a las Clases Populares

Buenas a todos, escribo esto brevemente en vías del "acontecimiento" del nuevo video publicitario de Alberto Rodrigues Saa, denominado "El Alberto te da una casa" por la ahora popular(?) banda de cumbia "Los Wachiturros" furor de internet de los últimos meses de este 2011.

El video es lo que Pablo Alabarces llamaría "un cúmulo de lugares comunes" es decir, un video donde te muestra "las bondades" de las políticas efectuadas por el susodicho candidato (casa propia, conecciones de gas y agua potable, wi-fi gratuito como parte del nuevo entramado de relaciones sociales del actual capitalismo cognitivo/informacional, etc) y todo esto acompañado de un "ritmo pegadizo" y fácilmente recordable y reproducible.

Esto no es nuevo en la política argentina, son muchos los políticos que han intentado por la vía de la contratación de los artistas populares del momento para la confección de temas musicales destacando sus "virtudes políticas" llegar al amplio conjunto de la población argentina a la que llamamos Clases Populares.

Un antecedente de esta tendencia es el recordado video del cantante cuartetero Walter Olmos titulado "Que Vuelva Carlos".
Este video tuvo su creación en el año 2003 cuando tras la crisis político-económico-social e institucional que atravesó la argentina en el 2001, la caída de Fernando De La Rua y la inestabilidad política reinante se presentaban varios candidatos, entre ellos el ex presidente Carlos Menem (1989-1999) quien fue el que concretó la entrada del neoliberalismo salvaje en nuestro país tras un comienzo incipiente durante la Dictadura Militar del año 1976.

Así, se presentaban varios candidatos con escasa recepción de votos en las encuestas (Menem, Kirchner, Carrio, R.Saa, Lopez Murphy, etc) y uno de los modos mas "revolucionarios" que encontró el susodicho ex-presidente fue intentar llegar a los sectores humildes ya no simplemente desde el proselitismo político característico de su gestión, sino intentando convertirse en una formula recordada y recordable.

Para esto, Menem leyó bien la tendencia musical de la época (auge del cuarteto con Rodrigo Bueno y La Mona Gimenez como máximos exponentes) y concretizó su mensaje en una canción del popular cantante Walter Olmos denominado popularmente como "el heredero de Rodrigo" tras el fallecimiento de este en un accidente automovilistico.
El resultado fue el tema "Que Vuelva Carlos" éxito de ventas y tema solicitado en todos los locales bailables de la época



el tema alegaba a las falencias de la época de la crisis del periodo 2001-2002 hablando de "estar cansado de vivir de las migajas que nos da el estado" y resumiento la solución en su estribillo "Que vuelva Carlos, que vuelva Menem para vivir dignamente mi vida"

como se ha dicho antes, el tema fue un éxito de difusión.
Sin embargo, este hecho no le alcanzó al ex-presidente para lograr el éxito masivo y la llegada en las clases populares que esperaba.
En esas elecciones Menem ganó ajustadamente la primera vuelta con un 25% de los sufragios retirándose antes de efectuarse el ballotage dejando como vencedor a Nestor Kirchner quien había logrado un 22% de los votos de la elección general.

Luego, años después, Menem volvió a utilizar la misma modalidad en el año 2008 ante las elecciones legislativas del 2009 en su provincia natal, La Rioja, donde el ex-presidente se presentaba como candidato a Senador y con vías a una posible elección presidencial en 2011 en medio de un conflicto que dejó debilitado en su legitimidad al gobierno nacional encabezado por Cristina Kirchner titulado "conflicto del campo" tras el enfrentamiento del mismo con los sectores agrícolas (la poderosa SRA, la Federación Agraria, entre otros entes agropecuarios).

Para esto, nuevamente se volvió a leer las tendencias musicales del periodo con relación a las escuchas populares.
Esta vez el elegido fue el popular elenco de cumbia santafecina "Los Palmeras" quien lograron consolidar su fama tras el éxito de ventas "El Bombon Asesino".

El resultado es similar al anterior, un "cúmulo de valores comunes" criticando una supuesta pésima situación actual y rogando por el retorno de la persona quien les había infundido tantos supuestos privilegios y enunciando en su estribillo un nuevo grito de guerra.
Esta vez no solo se hace apelación al "esperado retorno" del político, sino haciendo alusión a un sentimiento de pertenencia política "Aeea yo soy menemista, aeea dale Menem dale Menem".



Nuevamente el resultado no fue el esperado: No solo en esta elección Menem no ganó, sino que quedó relegado a un segundo lugar en una provincia que durante 20 años había sido representada socialmente como su feudo privado.
Se había demostrado que la realidad de la trama social y el discurso estatista "anti 90's" del gobierno kirchnerista había calado mas hondo en la percepción de la sociedad que un intento de hit por parte de un grupo reconocido.
Aqui vuelven a fallar las teorías de Adorno y Horkheimer sobre el dispositivo estético, los sujetos no son simples receptáculos de mensajes los cuales erosionan su capacidad crítica, sino que los sujetos y sobre todo las clases populares son entes sociales complejos atravesados por múltiples relaciones sociales e institucionales a los cuales bailar en un local bailable el tema del momento (ya sea "El Bombon Asesino", "La Noche de Sexo" o "La Cumbia de Menem") no conduce a un comportamiento alienadamente sumiso hacia el mensaje de la canción como estos 2 integrantes de la Escuela de Frakfurt y como el ex-presidente Menem esperaban.

Luego de estos ejemplos analizados tenemos otros intentos fallidos que no tuvieron repercusión en los medios ni en la sociedad como el caso de la "Cumbia de Alfonsín" interpretada por el popular grupo de cumbia romántica "La Champion Liga" en un intento de acercamiento del hijo del líder radical y actual candidato presidencial de la UCR a los sectores populares a los que este partido tiene un escaso acceso a nivel nacional.




Hoy día presenciamos nuevamente la misma modalidad pero en la figura del candidato presidencial Alberto Rodrigues Saa quien siguiendo el modelo del "cancionero menemista" vuelve a leer las tendencias de la música popular del momento y contrata al grupo de jóvenes cumbieros "Los Wachiturros" (furor juvenil surgido de la internet, un caso popular argentino particular emulable en una escala muchísimo menor al del jóven canadiense Justin Beaber) para interpretar un video donde se hable del mal momento actual, de las virtudes del candidato y sus promesas y de la potencialidad de mejora con su elección acompañado por una música con tínte popular y un estribillo claro y facilmente reproducible "el Alberto es una masa te da una casa".



Este video sale ahora (acompañado por su difusión por las redes sociales Twitter y Facebook) en un escenario electoral complicado para las fuerzas opositoras tras la obtención del 50% de los votos por parte del oficialismo nacional encabezado por Cristina Kirchner en las elecciones primarias del mes de Agosto).

Las lecciones que dan hasta ahora los hechos de esta modalidad es que subestimar la capacidad de elección y acción de las Clases Populares argentinas intentando pensar que con un video realizado por el artista popular del momento con un estribillo pegegadiso y fácilmente reproducible para conducir sus conductas luego en el cuarto oscuro no da buen resultado ni a nivel de cantidad de votos obtenidos ni a nivel de "mejoramiento de imagen/popularidad" del político que luego vienen a reflejar las encuestas.

Al igual que el análisis de Adorno y Horkheimer, los políticos utilizan (y vuelven a utilizar) una herramienta (favorecida en la época actual por la fácil difusión de sus materiales por vía de YouTube y las redes sociales) con un fin intentanto "gobernar las conductas" subestimando las capacidades de las Clases Populares en cuanto a elección y resistencias, pensándolas como una "masa amorfa" que sigue a sus líderes y entrega sus volutades civiles y personales a ellos ya sea a cambio de algún bien (es decir, por medio del clásico proselitismo) o ya sea por mensajes explícitos o implícitos materializados en publicidades, en gráficas o como aqui, en canciones realizadas por artistas populares.

la realidad es otra. Las Clases Populares no son una masa amorfa ni son sujetos incapaces de pensar por ellos mismos.

Si bien están atravesados por un sinfin de relaciones sociales de poder, no son marionetas a las cuales se las pueda engañar o dirigir por medio de promesas, bienes o mensajes musicales.
Históricamente son un factor de cambio, de resistencia, de inestabilidad, un factor no solo imprescindible sino también muchas veces incomprensible para la lógica clase media con el cuál se la analiza desde los medios, desde el sentido común y desde la política.

Como dijeron bien Grignon y Passerón, las Clases Populares tienen una lógica propia y categorías que les son propias para intentar analizarlas (si bien recordemos no se encuentran aisladas del conjunto de relaciones sociales).

Por lo que si, tanto Rodrigues Saa como el político de turno o tanto los futuros Adornos y Horkheimers quieren tener una noción de como llegar a las Clases Populares, de conocer sus modos de vida, sus capacidades y sus resistencias es imprescindible intentar mirar a través de sus ojos y sus categorías .
Y esto no se logra de ningún modo con un tema musical con un estribillo pegadizo y fácilmente reproducible, ya sea de Rodrigues Saa o del Mc Donals.


martes, 13 de septiembre de 2011

Peligro: viajando en trenes de Buenos Aires

Publico en este blog una noticia enviada el 23/2/11 al diario on-line "INFORMATIVOHOY" luego del accidente de la Línea San Martín. El Lector lo encontrará lamentablemente actual


PELIGRO: viajando en un tren de Buenos Aires

Mucho se ha hablado del estado de los Trenes de Buenos Aires últimamente tras los sucesos ocurridos. La realidad es que si bien un choque de trenes es una situación más que peligrosa para sus tripulantes, el viajar cotidianamente en un tren bonaerense no es un placer.

Para las millones de personas que cotidianamente utilizan el transporte ferroviario bonaerense la mañana comienza de manera incomoda, al tener que realizar una enorme cola para sacar su boleto, ya sea en la boletería o en las maquinas de monedas (que frecuentemente se traban o están “faltas de cambio”).

Luego, la “dulce” espera hasta que llegue el tren, que si bien hay una cartelera electrónica (solo en las cabeceras de cada tren, en las estaciones intermedias hay que esperar oír el sonido de la barrera) que nos anuncia el horario de salida de los trenes, rara vez este se cumple ya sea por retrasos en la llegada del tren o por las demoras ocasionadas por la enorme cantidad de pasajeros que intentan entrar al transporte (que muchas veces ingresan hasta por las ventanas con tal de conseguir un asiento), y que terminan provocando que el tren salga de la estación atrasado y generalmente con varias de sus puertas abiertas al escaparse por estas medio cuerpo de algún pasajero que llegó sobre la hora.

Con los vagones completamente repletos, entrar en ellos en las estaciones intermedias (es decir en las estaciones donde sube “menos gente”) es toda una odisea, que si se concreta, se realiza comprimiendo aún mas a los abultados pasajeros ya presentes.

Durante el recorrido, no es extraño que cada tanto el tren se detenga sin previo aviso y permanezca varios minutos detenidos con lo que el pasajero (totalmente comprimido, retrasado y en estas épocas, sudoroso) se fastidie aún más.

Estas detenciones son frecuentes y varios pasajeros pueden decir al final del recorrido que “han tenido suerte dado que el tren no se paró nunca”.

Al parar en algunas estaciones “concurridas” (como el caso de Morón o Liniers de la línea Sarmiento) el pasajero se ve directamente expulsado por la masa de personas que intentan salir, muchas veces este impulso es tan fuerte que es difícil retornar al tren antes de que este parta, generando que el pasajero tenga que esperar al próximo.

En algunas líneas como la línea San Martín es frecuente que mientras en tren esta en marcha suban algunos jóvenes agarrandose de las escaleras de los vagones con la peligrosidad que esto representa.

Finalmente, tras un trayecto de duración variable según la línea, los pasajeros llegan a la cabecera de destino pronto para dirigirse a su trabajo (que para llegar a él muchas veces es necesario recurrir nuevamente a medios masivos de transporte como el subte o el colectivo).

Si bien esto que relato no es algo nuevo, es la realidad de millones de personas que requieren de utilizar el tren como medio de transporte para dirigirse a sus trabajos en Capital Federal o en el Gran Buenos Aires.

Es cierto que hay líneas que están en mejor estado que otras, pero nadie viaja cómodo en lo que se suele conocer como la “hora pico”.

Hoy vemos en los grandes medios nacionales la preocupación por el motivo por el cuál el tren de Ferrobaires impactó al tren detenido de la línea San Martín dejando el lamentable saldo de 4 muertos y muchos heridos de gravedad.

Se ha acusado a los maquinistas, se han realizado varias especulaciones de todo tipo.

Pero la realidad es que el pésimo estado en que están los ferrocarriles bonaerenses explica más que mil especulaciones.

Que el tren se haya frenado, que las luces no hayan funcionado correctamente, que los rieles se hayan dilatado por el calor, que haya “frenos con candado” no son acontecimientos nuevos para los pasajeros cotidianos, sino una realidad diaria.

Recién tras el accidente vemos con preocupación el estado de los ferrocarriles bonaerenses, un estado lamentable y completamente inseguro para el pasajero debido a la falta de inversiones de las empresas privadas que poseen la concesión de los mismos y a la falta de control estatal, que si bien subvenciona los boletos, no realiza tareas de mantenimiento ni de control, necesarios para asegurar no solo el correcto funcionamiento del transporte, sino, mucho más importante, para asegurar la seguridad de los pasajeros que dependen de este transporte para poder concurrir a trabajar.

Tras el suceso anteriormente nombrado se ha intervenido Ferrobaires, se han prometido miles de medidas, cambios. Estamos en un año electoral, es entendible.

Esperemos que no suceda como el lamentable caso del boliche Cromagnon, donde ya todos sabían el pésimo e insalubre estado de los boliches porteños pero recién tras la tragedia se empezaron a implementar medidas.

Con el caso de los trenes, la situación es conocida hace mucho y han ocurrido varias tragedias, esto no es nuevo.

Ahora se dice que se “tomarán medidas”. Ya veremos si esta vez se tomarán medidas reales y duraderas, dado que aquí lo que peligra todos los días al salir cada tren es la vida de cada pasajero.